La Cáritas parroquial más que una organización para solucionar algunas situaciones de pobreza, más o menos graves, es una dimensión esencial de la comunidad cristiana y de todo cristiano. El grupo de Cáritas, recibe de la Iglesia el mandato de trabajar más específicamente en el servicio de la caridad y organizar la comunicación cristiana de bienes a favor de los más pobres.
El grupo de Cáritas parroquial anima y estimula a toda la comunidad a vivir el mandamiento del Amor, es decir, a confirmar con obras de caridad, la fe que profesa y celebra.
Todas las Cáritas tienen el mismo símbolo: los corazones; un mismo móvil: el amor al hermano; y un mismo objetivo; servir a los más pobres.
Componen el grupo de Cáritas parroquial aquellos cristianos que se sienten llamados a trabajar de forma más específica en el servicio de la caridad. No se constituye como un grupo cerrado, sino que se abre a toda la comunidad dándole a conocer las carencias del entorno, ayudando a la comunicación de bienes y animando a la participación del voluntariado social en acciones concretas a favor de los pobres y marginados.
En el sentido más amplio, el grupo de Cáritas está formado, implícitamente, por toda la comunidad, pero ella delega en un equipo que coordina las iniciativas y actividades que se derivan de los compromisos que asume la comunidad cristiana.
En la parábola del Buen Samaritano (LC. 10, 29-37 ) Jesús nos hace la propuesta de cómo entiende Él que debe ser el ejercicio de la caridad, el amor solidario, la lucha por una sociedad más justa y humana. El nos invita a realizar un proceso de acercamiento, acogida, acompañamiento, transformación de la sociedad y evangelización de los excluidos y marginados.
Para más información puede visitar la web de Cáritas España.